¿Por qué estoy aquí?

Silueta de una persona de pie con los brazos abiertos hacia el cielo al amanecer, simbolizando la conexión entre el alma y el propósito.

Un propósito que no se busca, se encarna

No estás aquí para cumplir expectativas.
Ni para hacerlo perfecto.
Ni para alcanzar algo que te falta.

Estás aquí para habitarte.

Para sentir la vida desde dentro.
Para abrir los ojos y reconocer lo sagrado en lo simple.
Para dejar una huella que no se mide en logros…
sino en presencia.

No has venido a buscar un propósito.
Has venido a encarnar tu vibración.
Eso que solo tú sabes sostener.
Eso que no puedes explicar,
pero arde cuando haces lo que amas.

Quizás no lo recuerdes.
Quizás te han dicho que debes ser alguien.
Pero ya lo eres.

No porque tengas respuestas,
sino porque estás vivo,
y la vida que vibra en ti tiene un pulso único.

Ese pulso quiere manifestarse.
No desde la lucha,
sino desde la coherencia con tu alma.

Cuando no te traicionas, el alma vibra

Estás aquí para dejar de fingir.
Para hablar con verdad, aunque tiemble la voz.
Para abrirte, aunque el mundo no entienda.

Estás aquí para tocar el mundo
con la energía que brota
cuando no te traicionas.

No tienes que salvar a nadie.
Ni cambiar el mundo entero.
Solo tocar tu mundo
con esa vibración que solo tú sabes traer.

Una palabra, un gesto, una mirada.
A veces eso basta.
Y a veces, es todo.

La pista está en lo que te enciende

¿Y si no lo sé aún?

Está bien.
El alma no tiene prisa.

Solo sigue lo que se siente real.
Lo que no te apaga.
Lo que te deja más tú después de hacerlo.

Esa es la pista.
No el ruido.
No el deber.
Sino lo que te enciende.

No estás aquí para entenderlo todo.
Estás aquí para vivir despierto,
y permitir que tu vibración haga el resto.

Tu presencia…
ya es propósito.

Tu sola presencia ya está cumpliendo el plan

El propósito no se impone, se revela.
No todos vinieron a sanar.
No todos vinieron a enseñar.
Algunos vinieron a sostener la luz en silencio.
Otros, a recordar con su risa.
Otros, a despertar memorias en la mirada.

Y tú… solo tú sabes cómo vibra tu alma cuando se siente viva.
Ahí está tu verdad.
Ahí está tu aquí.

No busques encajar en lo que otros llaman propósito.
Eres irrepetible, y tu vibración también lo es.
Confía. Permite. Y camina.

Tu sola existencia ya está cumpliendo parte del plan.
Y cuanto más te habites, más claro será el camino.
Porque no se trata de hacer más… sino de ser lo que ya eres.