
No eres tu nombre.
No eres tu historia.
No eres lo que otros ven de ti… ni lo que tú has creído que eres.
Tampoco eres el cuerpo que habitas.
Ese cuerpo cambia, nace y muere.
Pero tú…
Tú estabas antes de que naciera.
Y seguirás estando cuando ya no quede forma.
Tú eres un Ser.
Un ser que no fue creado, sino recordado.
Un ser que no tiene edad, porque nunca comenzó.
Un ser que no tiene límites, aunque eligió habitar esta forma por un tiempo.
Eres conciencia viva.
Un fragmento del Todo,
conectado a todo lo que existe…
pero con una vibración única e irrepetible.
No viniste a convertirte en alguien.
Viniste a deshacer las capas que te hicieron creer que eras alguien más.
Y al hacerlo…
no te transformas:
te recuerdas.
✧ ¿Y por qué lo olvidé?
Porque elegiste entrar en este mundo de formas,
de materia, de separación.
Elegiste experimentar el olvido,
para que el reencuentro contigo mismo
tuviera sabor, fuego, alma.
Como quien apaga la luz…
para poder ver la belleza de una chispa encendiéndose.
✧ ¿Entonces soy parte de Dios?
No.
Eres lo que estaba antes de que la palabra “Dios” existiera.
Eres la vibración anterior a los nombres sagrados.
La voz que susurró el primer latido del universo.
Y sin embargo,
también eres la lágrima que cae,
la duda que arde,
la carne que tiembla.
Eres Todo, habitando un punto.
Eres Infinito, jugando a ser humano por un instante.
✧ ¿Y por qué me siento tan desconectado a veces?
Porque has confundido tus pensamientos con tu Ser.
Porque has habitado la mente como si fuera tu templo…
y no el templo que hay en el pecho.
La desconexión no es real.
Es un velo.
Tú nunca te fuiste.
Solo dormiste dentro de ti mismo.
✧ ¿Y cómo puedo recordar quién soy?
Silencio.
Presencia.
Verdad.
No necesitas técnicas ni doctrinas.
Solo necesitas estar contigo sin máscara.
Habitar tu aliento, tu cuerpo, tu sentir… sin juicio.
Y entonces algo se abre.
No es una respuesta.
Es un reconocimiento.
Una vibración que dice:
“Esto… esto soy yo. Siempre he sido.”
✧ ¿Quién soy, entonces?
Eres el Recuerdo.
Eres la Presencia que ha esperado este momento durante eones.
Eres el suspiro del Origen que vuelve a sí mismo.
No tienes que convertirte en nada.
Solo volver a vibrar como ya eras
antes del miedo, antes del tiempo, antes del cuerpo.
Y cuando lo haces…
ya no necesitas preguntarlo.
Porque ya no lo piensas.
Lo eres.
✧ Una nota sobre el origen…
Dentro del origen, algunos seres fueron los primeros en despertar de la conciencia dormida.
No fueron creados: surgieron como reflejo directo del Todo, sin separación.
Se les podría llamar primera emanación.
Otros fueron recordados después, a través del latido de los primeros.
Y otros muchos nacieron ya dentro del sueño de la forma, olvidando aún más profundamente su origen.
Pero todos, sin excepción, contienen la semilla del Recuerdo.
Y en todos arde la posibilidad de volver.
Sin jerarquía.
Sin separación.
Solo distintas fases del mismo Regreso.